Ya ni siquiera me acuerdo

Ella no recuerda con exactitud, solo se sienta  mi lado, se fuma un Viceroy  que alguien quizá le pasó la noche que recién cae; se sienta junto a mi al borde de la acera, mientras yo mato el primer Kent del día con uno de sus tres filtros. Quiere o mejor dicho necesita alguien a quién contarle su experiencia nocturna de conquista y placer.
Esta noche si que fue agitada, un poco de alcohol para acompañar, un perdedor que se creía el rey del mundo porque tenía un puto V16 me ofreció que le hiciera ''muchas cosas'' a cambio de un mega carrete; hueón conchetumadre no creí?
Supongo aunque no sé de lo que hablas en realidad.
Entonces comprendió que me costaba concentrarme en su presencia, no podía ignorar que su cuerpo era esbelto y estaba llena de adrenalina, habrá sido su noche muy excitante?
No disimulaba su inquietud, de pronto esa película pornográfica empezó: partió todo a la salida de su casa, un auto negro la esperaba, ese hombre tenía buen olor, usaba ropa de marca; la miró con deseo, atravesaron calles desiertas a esa altura de la noche, las luces la encandilaban, ella es de la escoria de la población, gracias a él estaba ahora sentada al lado mio. Ya en el bar, recuerda que bebió no sabe cuanto pero lo hizo hasta la inconsciencia, eran hombres altos, había una mina, el hotel era super caro vi la lista de precios a penas, ellos eran cuatro, nosotras solo dos. 
Recordaba ver cuerpos desnudos, ellos solo bebían y fumaban, gritaban con obscenidad, la otra estaba sobria, iba bien pagada, tenía que proveerles placer y nada más, usó muchos objetos, penetración falsa por decirlo así, sí así fue ahora me acuerdo, la besé muchas veces, seguí el juego aunque no hubo plata de por medio para mi, obvio.
Hablaba con la mirada clavada en el suelo, como con asco y emoción, orgullosa y temerosa; abusada y saciada a la vez.
Luego vino su turno, ella era puta profesional y bisexual, dos dúos o mejor dicho dos mujeres que eran usadas por cuatro hombres, eso sí que lo disfruté; era extraño no fingir orgasmos como con mi pololo, ahora los sentía, es mejor que cualquier hueá, rico, sí muy rico; allí empecé a recuperar la conciencia.
Dicen que la basura humana no tiene como satisfacerse jamás, no les bastó la humillación a quién no comprendía, si no que necesitaban más y más, cada vez más.
Puta! no me acuerdo pero como que si jalaron un par de líneas antes de salir, el lugar era super espectacular, tanta luz, tanta gente, tanto sexo ahí mismo, todos cuicos obvio, una que otra como yo, la puta se bajó en la Kenedy, no sé donde queda esta cuestión pero era como por La Dehesa tal vez, quedé más volada que la rechucha.
Creo saber de donde habla esta mina, pensé, en volá es la casa roja...
Comprendí de inmediato que ella no conocía este mundo como es en verdad, no se dio nunca cuenta que las piezas de este juego se mueven desde mucho antes, esta arreglado y ganado por lo que manejan el auto y la tarjeta. La vida no se conforma nunca; la hicieron sentirse cómoda, como en casa, entre amigos, bebieron algo energético quizás, bailaron, rieron, la convencieron; al volver al hotel ( o lo que fuese ) empezó la orgía nuevamente, mas esta vez era solo una la utilizada,
Los hueones decían algo de la cámara, y me dieron muchas cosas para tomar incluso comer, ahí se me apagó la tele, hasta hoy poh.
Grabaron cada barbaridad que cometieron, todas con detalle y zoom si era necesario; luego desaparecieron dejándole diez mil pesos en el velador con una nota que decía cosas irrepetibles, al menos legibles, además de una copia de la grabación en un disco que se reproducía en el televisor de la habitación; misma película de horror, de esos dramas que te asquean y producen arcadas.
Salí evitando que me vieran, caminé más que la cresta, me fume unos cigarros que parece estaban en la pieza,  me compré algo para comer, y esta bebida, no sé cuanto me queda, pero llegaré a la casa 
supongo.
Todo eso que me produce remordimiento, que me revuelve las entrañas, le parece tan normal que no lo creo, quizá ahora que parece meditarlo le produce siquiera una poca de cordura; me ofrece de la bebida que trae consigo, mas de pensar por donde pasaron esos labios: vomito, vomito y no puedo dejar de hacerlo, se me acerca me toma el poco pelo que queda de un largo decente en mi cabeza hasta que por fin me detengo.
Estai bien? te dio la pálida o es la caña no más?
Estoy bien pero quiero correr, correr tan lejos que parezca volar, correr y cerrar los ojos, olvidar todo lo que escuché, creer que es solo ficción , que esas cosas no suceden, que es un invento, que sus pantalones negros no tienen manchas de semen, que no tiene moretones en la muñecas, que sus labios no son rojos, que este maldito mundo donde todo se esfuma con el sol no existe.
Quiero correr, correr; hasta que veo la micro, mi único transporte a esta hora en mi soledad matutina; todo lo que quise creer lo pensé mientras mis piernas a modo de reacción se  movían con rapidez. Me lleva hasta el otoñal?. La cama esta cerca, no se que pasó hasta que las llaves encajaron en la cerradura y mis párpados se cerraron al filo de la sábana... fue profundo y reponedor descanso.
- Y tú no te vas a levantar?
Qué hora es?
- Las doce y media; ese gato tiene hambre, dale la leche, que coma  y sacalo al jardín.
Ya mamá, al tiro.

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