Área de descanso

Le llamo el hombrecito, dice sentirse bien cuando habla con la Aleyda. Y ahora quiere salir conmigo.
Soy la mujer que el hombre llama señorita, a la cual dice querer; es una especie de seguridad, una oportunidad, la lucesita al final del camino. Tranquila mujer, hay que ir despacio, recuerda lo que le pasó a Narciso, recuerdalo bien porque ese será el motivo de la trascendencia.
Ella promete hacer las cosas bien, y él promete conocerla, no hay experiencias que contar pero una cita a la que asistir; me gusta su nombre, me gusta él. No es que me atraigas es que eres especial...
Digo con seguridad que las palabras serán dichas a la cara, será claro pero estaremos tranquilos, en calma.
Sigo la instrucciones del manual, no usaré la garantía y dejaré un deposito a cuenta. Dejaré el producto anterior atrás, siempre es mejor tener algo nuevo.
Pero de que hablas Aleyda, aún no aprendes que las personas no son objetos. 
Disfruta la existencia de una nueva sonrisa, de un conjunto de palabras, de aquellas cosas que salen de él y lo hacen diferente.
La ansiedad se apodera de ella, pide de forma desesperada que sea mañana y luego domingo para que después sea lunes.
Quién es ella a todo esto?, la verdad es que a estas alturas ya ni siquiera sé de quien hablo.

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