Así es más o menos como hoy nos despedimos, incluso sabes que he postergado esto durante mucho tiempo, lo siento, tenía muchos planes para con nosotros.
Siempre fiel, gracias. Cómplice, gracias por siempre.
Estabas en mis silencios, y en mis noches, en cada sueño, en cada palabra que inventé, en cada frase disfrazada de palabras bonitas, ahí siempre ahí expectante, incluso para salvarme de algún imprevisto.
Yo sé que te fallé, que no terminé la carrera contigo, que todas nuestras metas se esfumaron con el aire, sé que además te quedé debiendo un par de tragos y una buena dosis de mi humor, pero bueno así esto, tan finito que algún día tenía que llegar. Es el fin.
Mi único don, eso único que sabía hacer bien era tenerte, pero ya ves ni siquiera fui capaz de conservarte, sin ti si soy fiasco.
Hagamos de cuenta que lo nuestro fue una determinada cantidad de palabras, o una definida combinación de signos, los estoy agotando, y son para ti éstos últimos.
Corremos todos los días, buscamos juntos la gloria, esperamos reconocimiento sin saber que aquello nunca llegaría, no importó cuantas metas habían delante, o el futuro que creímos nuestro, no ... No importa.
Retumba el Requiem en mis oídos, es hora de tu partida y sigo aquí sin poder dejarte, pero es mejor así, aléjate de mi y de ésta mediocridad que me invade, observa, toma muestra estos garabatos y confirma lo que digo. Dile al padre que estás mejor en su regazo
Anídate entre los hombre que te merecen, los de tu clase, los que triunfan y enaltecen, te doy la libertad que tanto anhelaste, tómala.
No mires atrás, mereces más que puntos y comas, que conjunciones y pronombres, que personajes y escenarios, que niveles de habla o que mis intentos de conciencia.
Vete, hazte fuego en otros, comparte otros sueños y otras historias, llévate mi tinta y mi papel que sin ti no me hacen falta.
Te amé, como nunca nadie te amó.
Adiós inspiración, adiós imaginación o como a ti te gustaba que te diga: adiós mi don.
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