El país de nunca jamás

Estamos buscando la salvación por el camino equivocado.
Buscamos la paz como si se pudiese comprar a la vuelta de la esquina.
Vaya suerte mía, ir tan lejos para encontrar la respuesta.
Vaya mala cabeza, tamañas consecuencias... No existe el país de nunca jamás.
Como las aves que emigran,
éste es un desafío que da inicio a la vida:
volar o volver al nido.
Cuanto se anhela la manada, oh Dios, cuánto!
Pero así es el perdón: se gana a través de la pérdida
y como el mismo olvido, duele cuando por fin lo tomas en cuenta.
Realidad latente y patente
Suena como un delito volver atrás.
Esconderse detrás de la cobardía, miedo, 
miedo a la verdad,
miedo a gritar a los cuatro vientos.
Porqué necesitamos un cable a tierra?
Nos hacen creer que nacemos libres, y que con esa libertad hemos de llegar a la locura,
que alguien tiene que venir a detenernos, como si volar nos llevara a la guillotina
Vaya mentira la suya
Nunca fui el propietario de mis decisiones, tanto el amor como el odio nos atan,
nos atan a otros. Mismos títeres simulamos elevarnos.
Oh cuánta desdicha, amada mía!
Hoy he de quitarme la venda, asumir que la tan ansiada libertad es sólo un estado mental.
De esta mente que a veces me deja respirar, que me aprisiona lentamente.
Haré de la apatía mi aliada, sacaré de entré las brasas del pasado todo aquello que me permita emerger.
Sí, somos y seremos reos de nuestra moral, de esa que dice qué, cómo y cuándo actuar.
Oh alma mía porque te abates porqué tu gimes dentro de mi.
Bienvenidos a la eterna juventud, esa que obtendremos cuando asumamos que de manos y pies nos amarró la sociedad y ese egoísmo ajeno de quienes quieren ser héroes para con uno.
Limites que si sabemos respetar, hemos de disfrutar. Muerte eterna a los héroes.
Nacer, crecer, reproducirse, morir. Animales pensantes nos dicen.
Espero que algún día dejemos de soñar porque el país de nunca jamás no está girando en la segunda estrella a la derecha, volando hasta el amanecer... 


1 comentario: