Introducción al caos

El dolor de pecho va mutando, son ríos nacientes de los ojos.

Estamos confundiendo todas estas sensaciones,
me estoy dejando llevar por el caos.

Qué estamos dispuestos a perder, cuánto más ya habré perdido.
Estamos rendidos.
Cadena perpetua, delito sin precedentes, tus ojos, alegatos inocentes, ríos de sangre transparente.
Inocentes en el silencio.

El agobio de la ira, añoranza de conmiseración, locura y delirio de los cautivos.
Palabras prisioneras de tu venganza, perfecto calculador, víctima de tu estratagema.
Evado, eludo, evito.

Amenaza tardía.
Corriendo para no perderme, oculto mi sonrisa mientras te alejas, espera... Esta es mi más reciente esperanza. Indigna, de cualquier emoción mácula, soy un escudo de buenas intenciones.
Hoguera de angustias
Las ansias que queman, esperame, busquemos la espera en desnudes, dame sólo un instante, prometo ser fiel consorte.
Interminables caminos
Entre esto y aquello, sin rumbo, el valor me pone alternativas absurdas, vamos cayendo de la mano, este el vacío final. Abre la ventana que entrará el sol.

Finalmente todos los recuerdos me llevan a tu actuar, accionar con ponzoña. No hay quien aguarde mi presencia.

Óbito
Aniquilan en grupo lo único limpio que tuve para dar, aquello que se esconde detrás del personaje. Adoración perpetua.

No hay comentarios:

Publicar un comentario