De pronto cambian las expresiones, la burbuja se ha reventado, ese matiz de arco iris es ahora tan gris como la cuidad que nos acogió, al parecer ese es el verdadero color de la realidad.
Camina despacio, tropieza, golpea tu cabeza el suelo, levántate y camina; vuelve a tropezarte , finalmente golpeas tu cabeza contra el suelo y ella no aparecerá, y así será quizás unas mil veces y aún así ella no aparecerá.
Sonríe, se feliz, has de tu vida un verdadero paraíso, toca el cielo con las manos, oscila entre los placeres que te entrega el mundo, llega al final de la cumbre y ahí justo allí estará para tomarte por los hombros, mirarte fijamente y dar su tiro de gracias, ese asalto final, la sangre correrá en un itinerario indefinido, la adrenalina será lo único apasionante que atacará tus sentidos, el calor no será más que un bello recuerdo, y ese amor tan sobre humano que dijiste sentir no será más que una fotografía de algún momento: a eso por fin le llamáremos Realidad.
Nos confundimos como las aves que migran, y lo aceptamos porque éramos lo único que teníamos, no aguardarás por mi presencia, está bien, esa no es la ley natural, finalmente yo habré perdido y a eso le llamáremos Realidad.
Y de pronto la razón me pregunta si alguna vez volveríamos a soñar...
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