Instante fecundo

 Se me cae lentamente una copa

Resuena en el fondo del salón un estallido, me confunde tu mirada tan ausente opacando al sol de medio día. 

Las venas abiertas ante el resplandor me muestran como está muriendo la carne, el alma parte directo a un lucero y cuál fogata ardiente se consume.

Cuál es la explicación de la mar acallada en plena tormenta? 

Me prometí, te prometí, les prometieron. Para que hemos viajado tanto tiempo a la deriva. Desierto, tierra arida y nada más. 

Los cristales estallan la realidad con la presencia de la muerte, mira lentamente hacia el sur. Otra vez, dijiste que sería la última vez. 

Me prometí morir aunque la piel quebrantada no sabe cómo seguir en pie. No estás sola! Y me señalas  hacía el fondo con el dedo. Es cierto quiénes son? 

Ni siquiera puedo distinguirlos, que carga tan indescriptible. Dejame hacía la vida volar.

La sangre inunda la tierra, engrosa la raíces de tu pena, anida a las aves huérfanas de tus desahucio, brota tu ira creciente en medio de la hiedra de tu venganza final. Aquí está mi pecho abierto. 

Tómalo todo

No hay más nada.

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