Amo las palabras largas, esas de muchas sílabas
amo aquellas que son inexplicables, que parecen inventadas
disfruto de aquellas que no se entienden pero lo dicen todo.
Es como atravesar espejos y entrar a otra dimensión
una llena de todo aquello que es fantástico y está lleno de reglas
pero de reglas claras: puntos, comas, tildes, orden y claridad.
Y es ahí donde te conocí, donde mi cabeza sólo formulaba trabalenguas
y no lograba dejar salir todo mi diccionario
sólo tenía repetitivas frases predeterminadas de autor.
Dejé de caminar entre ellas
aunque aveces me hacen levitar
pero su poder real es el de las alas.
Es la única dimensión que siempre me hace falta
ya que son capaces de perderme en el sonido
y cada curva sin levantar la mano me hace única e indiferente
Y sabes porqué amo las palabras?
Porque son cientos de miles
porque son armas y escudos
porque siempre tendrán una respuesta
porque me juzgaran en justicia
porque conocen el agravio como nadie
porque no tienen principio y menos un final
porque son innatas
porque evolucionan
pero por sobre todo, porque nunca sabremos como usarlas.
