Pausa

Nos vemos las caras nuevamente, aquí estamos como la última vez sólo que con algunas diferencias.

Esta vez, y estoy seguro que olvide tantas cosas que quizás creas soy otra persona.

Olvidé mi nombre, no se cuantos años tengo, donde nací o quienes son en realidad mis padres, no sé a qué me dedico y menos dónde estoy en realidad. Mi cabeza dio fin a siquiera suponer qué es lo que quiero ser, olvidé como me veo, cual es la textura de mi piel o el color de mis ojos, que tan alto soy o que tan negros son mis deseos. Incluso me atrevo a asegurarte que no se cuales son mis sufrimientos o cuantas son las veces que conté lo que he llorado.

Si hice o más bien los engranajes de mi cerebro hicieron caso omiso de todo aquello que me compone es porque así lo prefiere, y no me opongo.

Supongo o al menos creo imaginar porque estas aquí, tengo confianza que no estoy equivocado pero contigo nunca se está seguro de algo. Eres una gran caja de sorpresas.

Nunca calculé que la composición de mi ser podría dañarte, porque claro, no eres tan blanca como la nieve y yo no soy el mejor partido, pero si me permites hoy decidí no recordarte quien soy y no por tu causa sino porque la biología así lo quiso. Perdón.

Creo que incluso me olvido a cada segundo de quién eres, y eso parte el universo en dos: los que tienen pasado y los que no; yo acabo de dejarte sola en el primero. Ahora dirás y con razón que soy despreciable.

Quiero que me tengas piedad una vez, que veas que esto va más allá de tus ojos y de tu piel, esto sólo es lo que siempre quise, es mi estandarte, perder el sentido de una existencia que a cualquiera le es difícil de llevar. No tengo mas una identidad para compartir contigo. La olvidé.

Dudo a cabalidad porque mis uñas están tan cortas o porqué mi cabello es tan escaso, imagínate que olvide como fumar e incluso no sabría elegir un buen vino como antaño, y está perfecto porque lo único que mis neuronas consiguen hilar son momentos presentes. He dejado mi pasado, ese que tanto te he clavado por la espalda.

Me miro de pies a cabeza y no me reconozco, pero si eso sucede es porque mi realidad ha mutado, se ha desvanecido hasta convertime en un hombre sin recuerdos, queriendote hacer de nuevo para mi. Es demasiado tarde.

Estoy de acuerdo con los que dicen que lo que era nunca existió y no puedo debatirlo porque no logro conectarme con alguna palabra que los haga cambiar de opinión. Tan malo no es, piénsalo, ahora no hay dolor que cargue mi alma, no hay odio, aunque tampoco hay promesas.

Podrías moldearme a tu forma y conveniencia pero estas ida, mirándome como siempre pero sintiéndote como nunca. Me gustas así, pero tú no puedes decir lo mismo.

Sabes cuáles son mis pasatiempos favoritos? O cuáles mis virtudes o mis defectos? Podrías decir mi nombre completo, mi edad, mi medidas, mis fobias?
Ya de eso no tengo nada, y me gusta.

Antes moría por morir, porque había elaborado razones para ello, ahora sin pasado y sin recuerdos me queda la desdicha de vivir. Podrías aprovechar todo esto (hazlo) pero tengo tan poco para decir que no me atrevo a prometer que esto no volverá a suceder.