Acontece el sonido de las arpas, las quenas o un charango,
de cada instrumento de la infancia,
las letras lastimeras llenas de amor no correspondidos.
Imágenes de la lluvia que acaba de cesar,
campo verde florecido,
como fotografías antiguas,
como las historias de los viejos conocidos.
Una cuidad que no conozco,
un camino de rodillas,
un santo negro,
una promesa que no cumplió,
quizás por ello la vida siempre pendió de un hilo.
Sacrificio sin cumplir...
Te prometo que iré en tu nombre
que nacer no fue en vano,
que mi existencia será recompensada
en sacrificio y en verdad.
Promete que me perdonarás
como alma mater y como madonna lozana
como vientre fértil
como la que siempre confiará de mis palabras.
A veces me da ganas de soñar
o quizás de volver
tierra que me regalaste
el único orgullo que tengo para ofrecer...
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