Las siento concentradas en su propio pesar
Son de las que no lloran con el despecho del engaño
son de las que la lejanía de sus intentos felices las mata.
Son como tú o como yo, de quienes no se cuentan las anécdotas.
Las que esperan en silencio y con las manos atrás,
las que tienen pesadillas y sienten el dolor de la falta de aire
son pequeñas que creen que aún las miradas pueden cambiar el mundo
son distantes, de cuerpos tibios y mente fría
Como cajas de pandora saltan esperando abrazos
Rechazos constantes lunas y estrellas
cielos y caminos, vuelvan de donde vinieron...
Pobres niñas como tú y como yo
que sin entender el mundo se preparan a despegar
para ellas no habrán cuerpos tibios
para ellas nunca parece haber algo.
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