Cuando te conocí

Aún me parece palpar la melancolía con la que te conocí. Salía por mis poros. 
Saber de ti era como un presentimiento, una premonición pero a la vez un milagro. Algo como una presencia potente o una sublime invitación a levitar.

Corríamos y los metros parecían kilómetros, cualquier imploración era en vano.
Recuerdo acercarme a tu corazón y no sentir tus latidos, nunca antes algo me devastaba de ante mano, te me ibas sin vernos cara a cara, sin haber rozado nuestras pieles, sin haber sentido tu aliento... Parecía que la fragilidad emergía como la victoria poderosa de la muerte.

Siempre hemos temido en el fondo de nuestras almas, tememos porque desconocemos si somos o no él uno para el otro, sí nos comprenderemos o sí estaré a la altura de las circunstancias. No te burles de mis dudas insensatas, ni de mis preguntas absurdas pero tu mundo me intriga, lo desconozco y lo que no es comprendido por la mente humana suele ser atractivo como una adicción. 



Conoces la degradación luz?
Habitas en los misterios del sonido?
Tienes la sensibilidad de los delfines?
Has visto expandirse el universo?
Provienes del Big Bang o tienes alguna objeción? 

Todavía recuerdo que en dos segundo habría recobrado la Fe, sentí el soplo de vida como una burbuja, y cada veinte horas salía del sueño a la realidad pero no sucedía aún. Cuántas vidas se necesitan para entrar en los misterios de la vida, cuántas almas tienen que partir para que te toque volver, cuántos sueños sin cumplir me conceden tu llegada?




Era como el reventar de una burbuja, pero con la fuerza de una corriente de aire, por fin lo entendía. Sentía más que alegría el descubrimiento de la penicilina, que el abrazo dentro del Apolo XI, más que la osadía del Enola Gay, no tenía definición de felicidad, tenía certeza de Amor eterno. 

Te conocí como el jabón conoce las burbujas, como el aire mis pulmones, o como cada aliento de dolor mi piel, te conocí como lo único infinito que nos da la naturaleza, ésta tan egoísta. Cada movimiento tuyo es tan suave con el Cascanueces pero se ha llevado mi razón como un huracán, eres hoy más que nunca lo que me habita.



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