Fragmentos

Jugar con fuego 

El rostro de ella resplandecía, era como la luz del sol matinal sobre el hielo. Ella le gustaba. Pero no era amor. Nunca tocó su cuerpo, ni siquiera un dedo.
- Tratas de morirte, verdad?
- Sí... No. No trato de morirme. Pero estoy harto de vivir.
De esta conversación surgió la resolución de morir juntos.
- Lo llamaremos Suicidio Platónico
- Doble Suicidio Platónico
Hasta a él mismo su propia calma le pareció maravillosa.


Muerte 

Él no murió con ella. No haberla tocado nunca era suficiente gratificación. Ella, como si nada hubiera pasado entre ellos, hablaba con él de tanto en tanto. Le entregó su ampolla de cianuro de potasio, diciéndole ''esto debería inspirarnos''.
Era cierto, la ampolla le dio seguridad. En su silla de ratón, sentado solo mirando las hojas nuevas del roble pensó en la quietud. En la muerte


Ryunosuke Akutagawa


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